En el Día Internacional de Acción por los Ríos (14 de marzo), para
recordarnos la importancia de estos cursos de agua, Emilio, Alejandro y Marta
de Mavea, nos guiaron por la senda fluvial del del Río Magdalena, en Avilés, que
se inicia en las inmediaciones del Pabellón de Exposiciones.
Aprovecharon para enseñarnos a manejar
instrumentos y herramientas útiles para recoger información de parámetros del
agua (sensores digitales, tiras reactivas…), pesar objetos y seres vivos
(balanza digital para maletas), observar detalles de plantas y animales (lupas
para gafas, gafas lupa, lupas de mango, lupas plegables, lupas wifi que se
conectan al móvil…), recoger y observar insectos y otros invertebrados (pinzas atrapa
insectos), observar aves (prismáticos), etc.
En esta ruta es fácil observar y
escuchar aves como el mirlo, el zorzal común, la urraca, la corneja, el cuervo,
la paloma torcaz, el ratonero común, el petirrojo, el chochín, el gorrión, la
lavandera, el carbonero, la curruca capirotada, el verdecillo, el jilguero, el
verderón, el pito real, la lavandera cascadeña, el mirlo acuático, la garza o la
garcilla bueyera. Y aunque muchos de los mamíferos
que habitan por la zona, como el jabalí, no los vemos, sabemos que están ahí por
sus huellas.
En el bosque de ribera del río
Magdalena destacan, por su porte y abundancia, los alisos, seguidos de los
sauces. Ambos producen flores de un solo sexo, el aliso en el mismo pie y el sauce
en pies distintos. También está presentes el fresno, el avellano, el saúco y el
laurel. Por eso, es una ruta ideal para ver los distintos tipos de flores, muy
distintos a la típica flor que aparece en los libros de enseñanza primaria.
En los bordes del camino, ricos en nitrógeno, conviven las ortigas y las falsas ortigas, muy fáciles de distinguir en floración. La segunda, que no es urticante, imita a la primera (mimetismo batesiano) para evitar los depredadores.
En las “sebes” (setos vivos que rodean fincas y
prados) abundan la zarzas, que dan cobijo y alimento a numerosas aves e insectos.
También están presentes en ellas árboles como el cornejo, la espinera y el
aladierno.
En las proximidades de la ruta
hay bosques mixtos de roble, castaño, abedul y arce, que en la actualidad están
casi totalmente sustituidos por prados para la alimentación del ganado, y por cultivos
forestales de eucalipto, especie no autóctona.
¿Por qué celebrar el Día Internacional de la Acción por los Ríos?
Porque, a pesar de ser ecosistemas que albergan uno de los
conjuntos de hábitats de mayor biodiversidad del planeta, debido al agua, son ecosistemas muy maltratados ya que se han
utilizado tradicionalmente como vertederos de las poblaciones (y en las cuencas
mineras también para el lavado del carbón). Actualmente, una de las grandes
amenazas de estos ecosistemas de agua dulce lo constituyen las plantas invasoras
como la Tradescantia, fácilmente distinguible por sus flores blancas
tripétalas. Por eso, hemos aprovechado el paseo para eliminar estas plantas. Aunque
esto es insuficiente puesto que para erradicarlas definitivamente es necesario retirarlas
cada cierto tiempo. Estas invasoras, eliminan la mayoría de las consueldas autóctonas del
género Symphytum (de flores amarillas) que deberían tapizar el suelo de estos
ecosistemas de ribera.
Los ríos, en realidad son sistemas
vivos, algo más que un simple canal de agua, pues en ellos se interrelacionan
multitud de factores bióticos y abióticos. No solo poseen una gran importancia para los seres que habitan en ellos o
en los alrededores sino también para el ser humano:
- Son fuente de agua, por ejemplo, del río Magdalena, justo detrás del Pabellón de Exposiciones, se capta el agua y se bombea hasta la ETAP de la LLeda para su tratamiento y potabilización y posterior distribución a los hogares y negocios de Avilés.
- Sus bosques de ribera son una excelente barrera natural contra las inundaciones. Cuando las vegas quedan desprovistas de esta vegetación para crear en ellas tierras de cultivo, el agua las invade. Entonces es necesario realizar en el cauce obras de ingeniería que suponen un gasto que se podría dedicar a otros menesteres.
- La vegetación de los bosques de ribera mantiene la oxigenación del río, lo que repercute positivamente en la biodiversidad de las aguas. En el inicio de la ruta al lado del Pabellón de Exposiciones se observa un salto artificial construido para oxigenar el agua.
- La vegetación de la ribera también actúa de filtro. Si la eliminamos, se producen los peligrosos tapones que se forman con los materiales que arrastra el río.
- Los bosques de ribera regulan la temperatura del agua del río pues le dan sombra, que favorece que las aguas del río estén frías y con ello aumente la solubilidad en ellas del oxígeno y, por lo tanto, que permita la vida de más cantidad de peces y organismos acuáticos.
Los estudiosos de estos
ecosistemas usan bioindicadores como los zapateros, algunos anélidos y larvas de insectos que se encuentran debajo de
las piedras para deducir si el río está
más o menos contaminado. Así, los zapateros en zonas de agua tranquilas indican
que no hay contaminación, lo mismo ocurre con los mirlos acuáticos.
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