El muérdago o "arfueyu", Viscum
album, es planta parásita que encuentra su hogar exclusivamente en los
árboles, sin tener contacto alguno con la tierra, como el ejemplar que comparto en
la fotografía, proveniente de la poda de un manzano en una "pumarada"
(manzanar) de Villaviciosa.
En el solsticio de invierno, el
muérdago despliega su belleza con la maduración de sus frutos, pequeñas bayas
translúcidas en tonos blanco o amarillo, convirtiéndose en un elemento
imprescindible en la decoración navideña de nuestros hogares.
Aunque realiza la fotosíntesis, necesita
la savia del árbol huésped, a veces debilitándolo e incluso llevándolo a la
muerte. Sus tallos dicotómicos, que pueden llegar a medir hasta 1 metro, producen hojas opuestas, lanceoladas y
enteras de textura correosa.
Aunque sus frutos no son aptos para
el consumo humano, su pulpa viscosa y semillas son un tesoro para las aves.
Mirlos, zorzales, currucas capirotadas, petirrojos y urracas, entre otros,
desempeñan un papel crucial en la reproducción del muérdago. A través de sus
excrementos o al frotarse contra las ramas, las aves depositan sobre ellas las
semillas pegajosas del muérdago. Las semillas desarrollan raíces capaces de
absorber la savia del árbol. Sorprendentemente, no todas las aves consumen las
bayas del muérdago. Por ejemplo, los carboneros y herrerillos consumen las
semillas, contrarrestando la propagación de la planta. A su vez, el muérdago ha
sido usado en la obtención de liga a partir del fruto, utilizada como pegamento
para la captura de pájaros como el jilguero.
La magia del muérdago se remonta a
la cultura celta, donde era considerado la "planta sagrada" de la
inmortalidad. Sus propiedades místicas se atribuyen a su naturaleza única:
siempre verde y sin tocar suelo alguno.
El muérdago debe regalarse para que el beso bajo sus ramas durante Nochebuena pueda atraer la
prosperidad amorosa y la fertilidad y proteger
de todo tipo de males para el resto del año. Pero el muérdago no debe tocar el suelo bajo ningún concepto, por
eso siempre permanece colgado en lo alto. Se debe colocar específicamente detrás de la puerta
principal el mismo día de Nochebuena, y quedarse en el
mismo lugar todo el año hasta el 13 de diciembre próximo, día de Santa Lucía,
cuando se quema para que se lleve todos los males que han ocurrido durante ese
año y sea sustituido por un nuevo ramo fresco.
En lo rural, el muérdago se emplea
en establos y cuadras para alejar enfermedades del ganado. Incluso en las cunas
de los pequeños, ramitas de muérdago protegen contra hechizos y encantamientos.
El muérdago es una de las plantas
que contienen más sustancias proteínicas en el reino vegetal, con funciones
defensivas contra herbívoros. Asombrosamente, consumido en cantidades adecuadas
por el ser humano, desencadena un efecto farmacológico beneficioso. Se ha
constatado la presencia de viscotoxinas y lectinas, agentes que inactivan los
ribosomas y estimulan el sistema inmunológico. En España, este extracto se
administra como terapia complementaria a pacientes de cáncer.