jueves, 14 de diciembre de 2023

El Muérdago: magia, tradición y ciencia

 





El muérdago o "arfueyu", Viscum album, es planta parásita que encuentra su hogar exclusivamente en los árboles, sin tener contacto alguno con la tierra, como el ejemplar que comparto en la fotografía, proveniente de la poda de un manzano en una "pumarada" (manzanar) de Villaviciosa.

En el solsticio de invierno, el muérdago despliega su belleza con la maduración de sus frutos, pequeñas bayas translúcidas en tonos blanco o amarillo, convirtiéndose en un elemento imprescindible en la decoración navideña de nuestros hogares.

Aunque realiza la fotosíntesis, necesita la savia del árbol huésped, a veces debilitándolo e incluso llevándolo a la muerte. Sus tallos dicotómicos, que pueden llegar a medir hasta 1 metro, producen hojas opuestas, lanceoladas y enteras de textura correosa.


Aunque sus frutos no son aptos para el consumo humano, su pulpa viscosa y semillas son un tesoro para las aves. Mirlos, zorzales, currucas capirotadas, petirrojos y urracas, entre otros, desempeñan un papel crucial en la reproducción del muérdago. A través de sus excrementos o al frotarse contra las ramas, las aves depositan sobre ellas las semillas pegajosas del muérdago. Las semillas desarrollan raíces capaces de absorber la savia del árbol. Sorprendentemente, no todas las aves consumen las bayas del muérdago. Por ejemplo, los carboneros y herrerillos consumen las semillas, contrarrestando la propagación de la planta. A su vez, el muérdago ha sido usado en la obtención de liga a partir del fruto, utilizada como pegamento para la captura de pájaros como el jilguero.



La magia del muérdago se remonta a la cultura celta, donde era considerado la "planta sagrada" de la inmortalidad. Sus propiedades místicas se atribuyen a su naturaleza única: siempre verde y sin tocar suelo alguno.

El muérdago debe regalarse para que el beso bajo sus ramas durante Nochebuena pueda atraer la prosperidad amorosa y la fertilidad y proteger de todo tipo de males para el resto del año. Pero el muérdago no debe tocar el suelo bajo ningún concepto, por eso siempre permanece colgado en lo alto. Se debe colocar específicamente detrás de la puerta principal el mismo día de Nochebuena, y quedarse en el mismo lugar todo el año hasta el 13 de diciembre próximo, día de Santa Lucía, cuando se quema para que se lleve todos los males que han ocurrido durante ese año y sea sustituido por un nuevo ramo fresco.

 

 

En lo rural, el muérdago se emplea en establos y cuadras para alejar enfermedades del ganado. Incluso en las cunas de los pequeños, ramitas de muérdago protegen contra hechizos y encantamientos.

 


El muérdago es una de las plantas que contienen más sustancias proteínicas en el reino vegetal, con funciones defensivas contra herbívoros. Asombrosamente, consumido en cantidades adecuadas por el ser humano, desencadena un efecto farmacológico beneficioso. Se ha constatado la presencia de viscotoxinas y lectinas, agentes que inactivan los ribosomas y estimulan el sistema inmunológico. En España, este extracto se administra como terapia complementaria a pacientes de cáncer.